Al hablar de la consulta odontológica
muchas son las preguntas, una de las más frecuentes es: ¿Cuándo debo llevar al
niño al odontólogo? la respuesta es simple; usemos la lógica y pongamos a
trabajar el cerebro de mamá o papá y así te pregunto ¿Cuándo llevas al niño al pediatra?
Como padres, ¿cuál es la practica más usual?.
Lo común, al nacer
el niño es recibido por el ginecólogo, en la sala debe estar presente un
pediatra, solo en casos especiales el neonato es referido a odontopediatria, esta
práctica se realiza solo en casos especifico de labio leporino, hendidura
palatina ya que la alimentación del neonato está comprometida.
Muchos padres desconocen ¿cómo hacer la higiene
de la boca del niño de forma adecuada? muchos son los que deducen que como aún
no hay dientes no hay que limpiar, estas prácticas o creencias son erróneas y
debemos empezar a cambiar.
Los rodetes (encías) de los recién nacidos
debe ser limpiadas luego de amantarlo o darle la formula indicada; pero ¿cuándo
llevar al niño al odontólogo? Lo ideal es desde muy pequeño, cuando inicia la erupción
del primer diente, cuando aparecen tus dudas sobre la higiene o cuando el
proceso de erupción decidua (primaria o de leche es completada). Si esperas que
aparezcan todos los dientes en boca debes tomar en cuenta que como buenos
padres debes presentar a tu odontólogo o el de tu niño, la edad y orden cronológico
de erupción de los dientes.
La consulta temprana al odontólogo te
permite detectar a tiempo cualquier anormalidad en el proceso eruptivo, tamaño,
forma, numero, cronología, y de esta manera prevenir daños tal vez
irreversibles en la boca de tu niño.
Ten en cuenta que parte de prevenir es
detectar los problemas a tiempo y evitar la pérdida temprana de sus adorables
dientes.
Si aún no llevas a tu niño al odontólogo, estas
a tiempo, mi deseo es que no esperes la presencia de caries o aun peor un dolor
en la boca de tu niño para visitarlo, ya que esto puede llevar a la perdida
prematura de sus dientes, procesos infecciosos severos, y lo que es peor
consultas largas y sucesivas para sanearlo.
El mejor ahorro es la prevención.
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